Un hecho que todos los emprendedores tienen en mente son los famosos “valles de la muerte”, aquellos momentos de crisis en los que tanto su equipo de trabajo como su negocio podrían extinguirse debido a dificultades financieras, económicas, de salubridad etc.
Sin embargo, cuando logran sobreponerse a estos desafíos, ¿resulta suficiente para bajar la guardia? ¿o hay muchas otras cosas por hacer?
En una entrevista con Jaime Garmilla, director actual de Grupo Palmares, nos compartió algunos consejos que considera esenciales para cualquier negocio que va en crecimiento, muchos que no están dentro del manual del emprendedurismo y otros que pueden servirles a todos aquellos que creen que la tarea en su empresa ya está hecha.
Proteger tu negocio está bien, pero cuando quieres privarlo de la opinión de otros expertos, probablemente estés cometiendo un error.
Si tu proyecto va por buen camino, o si de “un día para al otro” logró una escalabilidad sorprendente, estás obligado a requerir otras manos, otras perspectivas y otros especialistas, ya que es imposible que domines a la perfección desde temas financieros, de personal, de contabilidad hasta de estructuras de consejos y organigramas.
Necesitarás de otros que conozcan más que tú, que puedan analizar el punto en donde se encuentra tu empresa y que puedan asesorarte de distintos asuntos. Esto ocasionará que cada vez haya menos límites. Te has preguntado ¿qué pasará el día que se presente la oportunidad de crecer en el extranjero, contratar más personal o abrir una segunda sucursal? ¿Estás preparado para todo ello?
Si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado
—Proverbio africano.
Mantener la esencia de tu empresa no es tan solo que el interior esté siempre ordenado y limpio. Va más allá, y aunque muchos pasan por alto esto, es algo indispensable para continuar creciendo.
Si hay algo característico de tu producto o servicio, (y es eficiente) debes luchar por mantenerlo, y, en el mejor de los casos, perfeccionarlo. Si cambias de rumbo, de colores o incluso de sazón o comida (en el caso de restaurantes) constantemente y sin ninguna estrategia clave, no se generará una imagen específica de tu negocio y a tus clientes les costará mucho recordarte.
Conservar una imagen y acostumbrar al público es esencial, entonces, antes de hacer cualquier cambio: cuestiónalo, y, sobre todo, platica con tus clientes para saber qué es lo que sobresale de ti.
Esto no es lo único, ten en mente que tu sistema de valores también hablará bien de tu proyecto, desde el trato que das a tus clientes hasta con tus trabajadores. No olvides que ellos son los mejores embajadores de tu empresa, portavoces que irán de un lado a otro recomendándote y diciendo que lo que haces realmente vale la pena.
Otro error que cometen muchos líderes es que nunca buscan salir de su negocio, es decir quieren seguir vigilando todo el tiempo a sus trabajadores, cerrar y abrir, hacer el corte de caja y un sinfín de cosas más.
Si el negocio crece, entonces tus funciones como líder cambian.
Lucha por no convertirte en un autoempleado, ya que ahora debes enfocarte en seguir creciendo de otras formas: buscar nuevos lugares, nuevos socios, generar más acuerdos y más clientes. Recuerda que para ello te has hecho de un equipo, entonces, reparte las actividades a las personas adecuadas y confía en ellos.
Un ejemplo de evolución y superación empresarial, se encuentra en la historia de Terraza Cha Cha Chá, restaurante ubicado en la Ciudad de México, ellos demostraron que cuando socios y trabajadores saben que pertenecen a un mismo barco encuentran oportunidades en los momentos más complicados.