Coordinadora de Diseño y Desarrollo Web TERGUM. Especialista en diseño de experiencia e interfaces de usuario (UX/UI).
Seguramente tu primera respuesta será sí: entras a Google y escribes lo que buscas, ¡pan comido!
Pero, por increíble que parezca, muchas personas no saben investigar adecuadamente en internet, haciendo que pierdan mucho tiempo en encontrar lo que buscan.
De hecho, muchos olvidan que los motores de búsqueda funcionan por medio de conceptos y palabras clave y no a partir de un conocimiento real del tema. En otras palabras, pasan por alto que le están preguntando a una plataforma y no a un ser humano.
Entonces, ¿cómo puedes llegar a resultados más eficaces?
Google requiere información muy puntual para hacer su trabajo y una manera de obtener lo queremos es escribir acciones muy concretas.
Por ejemplo: si quieres saber cuánto has cotizado hasta ahora en tu crédito INFONAVIT, sería un error que escribieras:
“Quiero saber cuánto he cotizado hasta ahora en mi crédito infonavit”
Así que, una forma optimizar esta búsqueda sería:
"como encuentro mi cotización en infonavit"
Al utilizar el adverbio “cómo”, obtendrás resultados más precisos que te indicarán los pasos del proceso que solicitas.
Además, identificarás cuáles son las keywords o palabras más utilizadas. Imagina que alguien busca lo mismo que tú: sé breve y asertivo.
Muchas de las búsquedas que realizan los usuarios incluyen faltas de ortografía o palabras mal escritas, especialmente cuando se trata de otro idioma. Por lo tanto, la inteligencia de Google guardará en su base todas las veces que alguien haya buscado algo mal escrito.
Esto puede servir cuando deseas saber cómo se llama una canción en inglés y lo único que tienes es la frase que se repite en el coro. Al no saber exactamente cómo se escribe, puedes buscar tal y como escuchas la canción:
Por ejemplo:
"i yor jee sombe sombe"
Como puedes observar, la primera sugerencia que arroja Google es la canción "Zombie" de la banda "The Cranberries", y quizás esa es la canción que estabas buscando.
¿Estás buscando quién dijo aquella frase célebre para colocarla en tu perfil de LinkedIn? Intenta utilizar comillas para realizar tu búsqueda.
Por ejemplo, la frase:
La experiencia no es lo que te ocurre, es lo que haces con lo que te ocurre.
Al no colocar comillas, te arrojará un resultado similar junto con su autor, sin embargo, la frase dirá: La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede.
Podrías no estar satisfecho con esta búsqueda, ya que tú necesitas al autor de la frase con la palabra "ocurre".
En cambio, si escribes la frase entrecomillada:
"La experiencia no es lo que te ocurre, es lo que haces con lo que te ocurre".
Vas a notar cómo los resultados de búsqueda cambian, incluyendo, en este caso, un texto con la frase exacta.
Ahora tendrás la certeza de que el autor es Aldous Huxley, escritor y filósofo británico.
En el mundo existen cosas o conceptos a los que nos referimos con las mismas palabras. Por ejemplo, cuando hablas de un "jaguar", podrías referirte a distintas cosas, como al animal, a la marca de automóviles o a una persona con el apodo "el Jaguar".
Si queremos que Google nos arroje resultados mucho más específicos, debemos colocar un guion junto a la palabra con la que queremos que no se relacione.
Ejemplo:
el jaguar -felino -animal
Podrás notar cómo ahora los resultados de búsqueda han omitido aquellos términos relacionados con el animal "jaguar".
Esto puede servirnos cuando buscamos imágenes, particularmente cuando los resultados que nos ofrece el buscador no nos convencen.
Por ejemplo, si estamos buscando imágenes de bolígrafos, aparecerán los siguientes resultados:
Sin embargo, si cambiamos la palabra por su equivalente en alemán kugelschreiber, los resultados serán notablemente diferentes.
Y si utilizáramos la palabra en inglés pen, los resultados volverán a cambiar para mostrar diferentes opciones:
Lo mismo ocurrirá si utilizas sinónimos en español como "pluma", "lapicero", etc.
¿Te han servido estos consejos?
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