Tener el control de una fábrica, una empresa de servicios o un negocio -ya sean pequeños, medianos o grandes-, es importante porque permite conocer hacia dónde se dirigen. Esto sólo es posible si se crea una estrategia que defina con anticipación cuáles serán las operaciones que les permitirán dar el siguiente paso.
Como parte de ello, gestionar el flujo de capital cobra relevancia, ya que es necesario conocer los presupuestos, inversiones, gastos o ingresos, es decir, definir el plan de operaciones sobre el aspecto económico de la empresa.