La “innovación” y el “cambio” fueron las semillas que germinaron en un rincón de Puebla para crear la primera marca mexicana de autos eléctricos: Zacua, una empresa familiar emergente que ha demostrado al mundo que México tiene la capacidad para inventar tecnología en la industria automotriz.
Fue hace casi dos décadas cuando el empresario Jorge Martínez tuvo la idea de transitar hacia la electromovilidad, motivado por la necesidad de reducir el exceso de vehículos contaminantes que circulaban por la ciudad.
El entonces director de la empresa de estacionamientos más grande del país, halló el modo de aliarse con ingenieros, eléctricos y mecánicos para instalar su planta de producción, que por primera vez vio la luz en 2018 bajo el nombre de Zacua, llamada así por el ave “zacua mayor” que habita al oriente del país, y como una forma de rendir homenaje a México y lo mexicano.
Desde esa fecha, como una división de la empresa Motores Limpios SAPI de CV, no sólo se ha dedicado a ensamblar autos, sino que ha desafiado paradigmas al diseñar, producir y montar vehículos estéticos que promueven la movilidad sostenible al tener cero emisiones.
Poco más tarde, se añadió a la fórmula Nazareth Black, quien, con sus 20 años de experiencia…